Muchos de nosotros vivimos en un hogar el cual nos ha costado mucho sudor y esfuerzo conseguir y es que este es el fruto de cientos de horas de trabajo incansable, muchas veces por un ínfimo sueldo porque nuestros jefes pagan poco y mal, pero que, fruto de nuestro esfuerzo y ahorro, finalmente nos da para poder entrar a vivir en un piso o en una casa que, con tesón y esfuerzo se acabará convirtiendo en nuestro hogar. Hablamos de tesón y esfuerzo porque cuando entramos a vivir, realmente lo que nos encontramos es una casa vacía en la que no hay decoración ni un mísero toque de personalidad, tan solo muebles y paredes, por lo que poquito a poco debemos de ir decorándola para que se convierta en un hogar, en nuestro hogar.