¡Ay, las inmobiliarias, esos negocios incomprendidos que a veces nos dan alegrías y otras veces nos dan dolor de cabeza! Estos negocios o, mejor dicho, intermediarios, pueden tener la capacidad de librarnos de muchos problemas, como encontrar piso, ocuparse de que se cumpla la ley, y muchas cosas más. Sin embargo, no todas lo hacen bien, y, además, las cosas como son: hoy día cobran muchísimo por sus servicios.
Y es que, aunque nos duela admitirlo estamos viviendo la era del boom inmobiliario de los pisos turísticos, y para bien o para mal, en algún momento nos hemos encontrado con problemas con diversas inmobiliarias ¿verdad? Al igual que, por otra parte, nos hemos encontrado con alegrías, como que dichos intermediarios se ocupen de que no nos estafe un particular.
Sea como sea, una cosa la tenemos bien clara: la mayoría de nosotros no sabemos cómo funciona este negocio, y al no entenderlo, quizá lo criticamos más de la cuenta.
¿Qué son entonces, los agentes inmobiliarios? ¿Son comerciales, o son simples intermediarios entre arrendatario y arrendador? ¿De verdad no pueden gestionar bien algunos inmuebles, o simplemente hacen mal su trabajo? ¿Hasta cuando depende de ellos, que una venta o un contrato de alquiler vaya bien o mal?
Son muchas las respuestas, y lo primero que vamos a hacer es conocer a fondo cómo funciona una inmobiliaria.
La función principal de una inmobiliaria.
Si nos fijamos en los aspectos clave de VIP HOUSE, encontramos que la descripción del término “inmobiliaria” sería la siguiente: es una empresa especializada en la intermediación de bienes, y como tal, se encarga de facilitar la compra, venta, alquiler o administración de propiedades inmuebles como casas, apartamentos, locales comerciales y terrenos.
Su funcionamiento se basa en varios aspectos clave que aseguran una gestión efectiva y exitosa de las transacciones inmobiliarias (las dos partes deben salir satisfechas, propietarios y compradores, arrendatarios y arrendadores, etc.). Para cumplir con esta función, las inmobiliarias se organizan de manera estructurada y eficiente, basándose en varios departamentos:
- Departamento de ventas y alquileres.
Este departamento está compuesto por agentes inmobiliarios encargados de llevar a cabo las negociaciones, promover las propiedades y cerrar las transacciones.
- Departamento de marketing y publicidad.
Diseña estrategias para la promoción efectiva de las propiedades en venta o alquiler. Entre sus funciones encontramos la creación de campañas publicitarias, la gestión de presencia en portales inmobiliarios online, la elaboración de materiales impresos como folletos y carteles, y la utilización de técnicas de marketing digital para alcanzar a un público más amplio y específico.
- Departamento legal y administrativo.
El departamento legal trata aspectos clave como la gestión de contratos, la documentación legal de las transacciones, la coordinación de trámites notariales y registrales, y la garantía de que todas las operaciones se realicen conforme a la normativa legal vigente.
- Departamento de gestión de propiedades.
Se dedica a la administración de las propiedades en alquiler. Este equipo se encarga de la búsqueda de inquilinos, la gestión de contratos de arrendamiento, el cobro de rentas, la atención a las necesidades de mantenimiento y reparación de los inmuebles, y la resolución de conflictos entre propietarios e inquilinos.
Papeles clave en la inmobiliaria: conoce al gestor inmobiliario.
Lo que más nos suena cuando pensamos en una inmobiliaria es el papel del asesor inmobiliario ¿verdad? Sin embargo, es el gestor inmobiliario quien se encarga de toda la faena ¡y el que se lleva la bronca cuando lo hace mal!
El gestor inmobiliario es una figura esencial en el sector, ya que actúa como intermediario entre propietarios, e inquilinos o compradores. Sus responsabilidades abarcan desde la gestión y promoción de las propiedades disponibles, hasta la negociación de contratos justos que aseguren beneficios mutuos. Asimismo, también se encarga de la administración de arrendamientos y contratos de compraventa, garantizando el cumplimiento legal y la resolución efectiva de cualquier disputa.
Una vez que sabemos cuáles son sus responsabilidades, es común que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿Qué ocurre cuando cometen errores? ¿De verdad no pueden gestionar bien algunos inmuebles, o simplemente hacen mal su trabajo? Existen muchos problemas que atender en el marco del mercado inmobiliario, y si hablamos del empleo del gestor inmobiliario ocurre lo mismo.
Entre los errores más comunes encontramos los siguientes:
- Falta de comunicación.
No mantienen al cliente informado sobre el progreso de la venta o alquiler de una propiedad, lo que acaba causando en el cliente frustración, desconfianza y por último, rechazo por realizar una transacción.
- Sobrevaloran las propiedades.
Algunos tasan una propiedad a un precio muy elevado, por encima del valor de mercado actual, lo que prolonga el tiempo de venta y puede llevar a una gran reducción del precio después de varios meses sin éxito.
- No saben negociar.
Otro error común en fallar es no saber negociar el precio para beneficiar a ambas partes; si el gestor no lo hace bien, acabará pactando condiciones poco favorables para el cliente y éste acabará sintiendo rechazo por la transacción.
- Falta de transparencia.
Es un fallo bastante grave no avisar de los problemas o desperfectos que tenga una propiedad a los compradores, ya que pueden acabar enfrentándose a disputas legales afectando a la reputación de la empresa.
- Falta de conocimiento legal.
No estar completamente informado sobre las leyes y normas relacionadas con la venta o arrendamiento de propiedades, puede llevar a consejos inexactos o a situaciones legales complicadas.
- Descuido en la presentación de la propiedad.
Por último, es importante cuidar la propiedad, ya que, si no se cuida, esto podría afectar a la presencia de la misma a la hora de mostrarla a los posibles compradores o inquilinos.
Entonces ¿Cuál es la conclusión?
En primer lugar, algunos gestores inmobiliarios pueden enfrentarse a una carga de trabajo abrumadora debido a un número elevado de propiedades bajo su gestión; todos tenemos un mal día. Por ello, es importante hacer un buen uso de la hoja de reclamaciones en todo momento, ya que, de esta forma, la empresa quedará avisada de que algo no anda bien y podremos evitar sufrir pérdidas económicas por ambas partes.
Por otro lado, existen agentes inmobiliarios que, por diversas razones, pueden no estar motivados para realizar su trabajo de manera óptima. Esto suele pasar por la escasez de incentivos adecuados, problemas personales o simplemente por una clara falta de compromiso.
Sea como sea, es importante recordar que todos somos humanos y podemos errar. Sin embargo, también es importante no dejar pasar todos los problemas, ya que está en juego nuestro dinero y nuestro futuro.
¿Nuestro consejo? Dale un par de oportunidades a la venta del inmueble que te interesa. Si ves que hay cosas muy raras y no te convence tras intentarlo de nuevo, informa a los profesionales que vayan por encima del gestor; ¡si ese gestor no te convence, quizás otros sí!
¿Y cómo es el día a día de una inmobiliaria?
Ya sabemos los papeles clave en una inmobiliaria, cómo se dividen el trabajo y los errores más comunes, pero ¿Cómo es su día a día? Pues pinta más o menos así:
Por la mañana, los agentes inmobiliarios se reúnen para revisar propiedades, discutir estrategias de marketing y asignar tareas. Luego, coordinan visitas, asegurándose de que las propiedades estén en condiciones óptimas. También atienden a clientes respondiendo llamadas y correos, proporcionando información detallada y negociando ofertas.
Por la tarde, realizan visitas guiadas a propiedades con potenciales compradores o inquilinos, preparan y presentan contratos, y aseguran el cumplimiento de toda la normativa legal. Además, siguen de cerca el progreso de las transacciones en curso.
Durante todo el día, también actualizan bases de datos, preparan informes de mercado y desarrollan estrategias de marketing para promover las propiedades.
¡Como ves, no paran! Y es normal. Llevar una inmobiliaria es algo bastante complicado, aunque también es satisfactorio ver cómo un cliente queda satisfecho con tu ayuda como gestor.