¿Da un perro seguridad a tu hogar?

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Numerosos son los beneficios que aportan las mascotas a nuestra vida, en especial los perros dado su alto grado de sociabilidad e interacción con el ser humano. Incluso estudios científicos abalan que la tenencia de un animal puede hacer que tanto nuestra salud mental como corporal se vea mejorada de manera destacada.

 Más allá de las ventajas médicas, un perro puede además aportar a nuestro hogar muchas otras cosas. Una de las características en torno a la gran mayoría de personas que comparten su vida con un perro es la amplia sensación de protección que aseguran poseer. Su presencia constante a nuestro lado no solo evita que podamos sentirnos solos, sino que además aumenta la seguridad que tenemos al encontrarnos en casa, ya sea tanto solos como en familia. Desde tiempos inmemoriales la función principal del perro ha sido acompañar al hombre y ayudarle en la protección y seguridad. Bien cuidando sus rebaños, bien protegiendo sus campos y propiedades, tantos años ejerciendo de leal protector del hombre ha hecho innegable la efectividad de nuestros perros como protectores de nuestro entorno.

 Pero, cómo puede nuestra mascota ayudarnos en la seguridad de nuestra casa. Es evidente que estos animales, al igual que muchos otros, poseen una sensibilidad olfativa y auditiva mucho mayor que la de cualquier ser humano. De esta manera es fácil que un perro perciba de manera mucho más eficaz que nosotros ruidos extraños y presencias que nosotros seríamos incapaces de intuir. Esta ventaja les hace una “herramienta” más competente aun cuando se trata de una propiedad algo más amplia, que dado su tamaño es más difícil de controlar en su totalidad por nosotros. Ante la presencia de extraños, nuestro perro puede resultar un elemento de disuasión e intimidación muy efectivo.

Cualquier perro será sensible a ruidos y presencias extrañas en nuestra casa, acostumbrado como está a una rutina y a unas personas determinadas. Pero como en todo, aquí también existen razas y tipos especiales que se muestran más propicios a desarrollar una función o un comportamiento como guardián o vigilante. Los perros pastores suelen ser razas muy adecuadas, dada su larga tradición ahuyentando las posibles amenazas (en especial lobos) sobre los rebaños. Entre los más destacados se cuenta el mastín, tradicionalmente utilizado para la guarda de fincas y casas, ya que además goza de un tamaño ante el que pocos osan hacer frente. Una raza muy adecuada y clásica en defensa y protección es el pastor alemán, Muy versátil y fiel que no dudará en ladrar y avisar ante la escucha de cualquier ruido que pueda parecer raro e incluso en mostrarse agresivo ante la presencia de lo que él pueda considerar una amenaza para los suyos. En cualquier criadero de pastores alemanes como Pastores Alemanes CD podemos encontrar ejemplares de esta raza entrenados para tal fin.

Ante esto cabe resaltar que un perro que queramos utilizar como guardián debe ser muy bien educado. Para ello debemos enseñar a nuestro amigo a ladrar solo ante ruidos o situaciones sobre las que queramos ser alertados. Si nuestro perro ladra constantemente (cada vez que alguien pasa cerca de la casa, al cartero, a los gatos o a los deportistas que corren por la calle), terminaremos por no hacer caso de sus advertencias. Por ello es imprescindible enseñarle a ladrar cuando es meramente necesario (si alguien entra en nuestra propiedad, se salta la verja si disponemos de una jardín o finca…), y sobre todo a no hacerlo ante situaciones cotidianas como las antes citadas, pues así sabremos que en el momento en que nuestro perro se muestre tenso y dé la alarma, deberemos prestarle la máxima atención porque nos está alertando de que algo sucede.

 Más importante aún es la educación y el entrenamiento de un perro que no solo ejercerá una labor de guardián, sino que además se espera que actúe y que dado el momento incluso pudiese mostrarse agresivo y defender a sus dueños de extraños violentos. Si este es nuestro caso, nuestro perro deberá ser ante todo muy socializado desde cachorro, acostumbrándolo a la presencia de personas, tanto en la calle como en casa, permitiéndole jugar fuera con otros perros y personas para que aprenda que no todos los extraños son enemigos en potencia. Será muy importante y básico para quien busca un perro de guardia que en su entrenamiento nuestro perro obedezca por completo nuestras órdenes, pudiendo controlar en todo momento su comportamiento a la hora de mostrarse agresivo ante un extraño. Pues aunque un perro pueda resultar un elemento de seguridad clave en nuestro hogar, nuestro compañero de juegos y experiencias no es en ningún caso un arma con la que causar violencia o daño indiscriminadamente.

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