A veces pienso que hay arquitectos a quienes les dieron la carrera en la tómbola de la feria. ¿Os lo imagináis? “¡A euro cincuenta!, ¡A euro cincuenta el boleto y podéis ganar el título universitario de arquitectura!” Tengo motivos para pensarlo, os lo aseguro. Imaginad una zona de campo donde el terreno está plagado de una especie de ondas, como las que puede hacer el mar un día previo a la tormenta, y en medio de cuatro de esas ondas, en el hueco que queda abajo, va alguien y construye una casa sin desagües…. ¿HOLA?
He visto de todo, desde edificios de apartamentos que se levantan al final de una antigua rambla de agua hasta chalets de lujo a orillas de un río que, en cualquier crecida, puede llevárselos por delante, pero es que lo de la familia de la casa en el mar de tierra no tiene sentido ninguno.
Compraron la casa hace ocho meses y se mudaron inmediatamente. Era su sueño hecho realidad: poder vivir en el campo en una casa unifamiliar, sin demasiados lujos pero con un bonito terreno del que disfrutar los días de buen tiempo. Un día, tres o cuatro meses después de la mudanza, empieza a llover. Al principio sólo eran unas gotas pero luego, conforme pasaron los minutos, ese chisporroteo se transformó en una lluvia torrencial. El agua empiezó a caer por las laderas de esas ondas como cascadas hacia el agujero, lugar donde, como ya sabéis, está la vivienda, y entonces se encharcó todo, y el agua empiezó a subir, y ellos acabaron en el piso superior de la casa viendo cómo en la primera planta el agua llegaba por encima del tobillo.
Lo más triste es que, aunque las lluvias fueron muy fuertes, no llovió el tiempo suficiente como para que aquella tormenta causara daños en ninguna otra zona de la ciudad o de las casas vecinales del campo, sólo la suya se vio afectada y el motivo es porque un arquitecto inepto decidió levantar en un hundido de la tierra esa vivienda y, de paso, no darle unos buenos desagües. Ahora me han llamado a mí para arreglar el desaguisado y hay tanto trabajo aquí que creo que vamos a tener que ir haciendo todo en varias fases.
El primer paso es cavar, y mucho, para quitar tierra de alrededor e intentar igualar el terreno lo máximo posible. En un segundo paso montaremos una especie cubos gigantes que recojan el agua mientras que dos bombas las achiquen al exterior de la parcela. Mi idea es comprar un par de bombas domésticas en Mundibombas pero me han hablado también muy bien de Técnica de Fluidos así que tengo que echarle un vistazo a ambas empresas para decidirme.
Una vez tengamos eso finiquitado empezaremos con otra fase, la de reacondicionar la vivienda y redecorar las estancias de la planta inferior. Yo calculo que, como mínimo, estamos hablando de dos meses y medio.
Obviamente para mí todo esto es trabajo, y el trabajo siempre es bueno, pero no puedo evitar llenarme de rabia pensando en lo mal que pueden llegar a trabajar algunas personas con tal de echarse unos euros al bolsillo.