Los periódicos señalan que el autoempleo no para de crecer en el 2025. Para algunos, hacerse autónomo es una solución para salir del desempleo. Para otros supone darle forma a un sueño largamente anhelado. Crear un negocio no es una tarea sencilla. Para ello, contar con un buen asesoramiento (fiscal, laboral, contable) es clave para tener éxito y continuidad.
Muchos trabajadores, después de llevar tiempo trabajando en un sector, deciden dar el salto y establecerse por su cuenta. Piensan que son buenos profesionales en su gremio y eso les capacita para llevar un negocio. Es un proyecto ilusionante para ellos. La idea de trabajar de manera independiente y no hacerlo para otros les motiva. Pero no es lo mismo trabajar que dirigir una empresa. Aunque la empresa seas tú mismo.
Existen muchos estudiantes que se forman para ser profesionales independientes. Los encontramos en multitud de ramas. Psicólogos, abogados, arquitectos, ingenieros, dentistas… Es una actitud interesante tanto a nivel individual como colectivo. La economía necesita de la iniciativa privada para evolucionar.
Si bien el aspirante a autónomo probablemente ha hecho números antes de tomar su decisión, la idea que tiene en mente debe encajar en la realidad. Los proyectos rara vez salen como teníamos planificado. En este aspecto, un buen asesor puede ser de gran ayuda.
Los asesores de Coma & Roig, una asesoría integral que lleva abierta en el Paseo de Gracia de Barcelona desde hace más de 35 años, y que en todo este tiempo han ayudado a miles de autónomos a darle forma a sus proyectos, cuentan que el trabajo del asesor debe adaptarse a los objetivos del cliente y, por supuesto, a la realidad.
Esa perspectiva es la que le falta a muchos autónomos, no porque sean unos ilusos, sino porque hay determinadas facetas de sus negocios, como la relación con Hacienda o la Seguridad Social, que desconocen en profundidad por la práctica que han llevado hasta entonces.
El 80% de los negocios no sobreviven 3 años.
Esta triste noticia se recoge en un artículo publicado en el periódico El Mundo. La ilusión, la energía y el trabajo duro no son suficientes para sacar un emprendimiento adelante.
Errores en la gestión de la empresa y una falta de adaptación a la realidad pueden dar al traste con buenas ideas de negocio. Los aspectos legales, fiscales y financieros suelen representar obstáculos en la creación y consolidación de las empresas.
Por desconocer estos campos, el empresario anda perdido y no encuentra soluciones a problemas que podría resolver. Un buen asesoramiento para autónomos no solo gestiona ciertos trámites, sino que ayuda al empresario en la toma de decisiones correcta.
En este artículo al que me refiero, Aleix Herrera, fundador y CEO de Fénix Soluciones Energéticas, una empresa de Jaén, que creó para prestar asesoramiento energético, cuenta que ayudaba a otras empresas a tomar decisiones sobre energía, pero que terminó dándose cuenta de que necesitaba asesoramiento de otros profesionales para gestionar su empresa. El asesoramiento externo fue clave para que la empresa se consolidara.
“Eran cosas que pensaba que conocía, que las había estudiado en la universidad cuando cursaba empresariales, pero cuando llegaron los problemas concretos no sabía cómo enfrentarlos” – cuenta el empresario. – “la asesoría me aclaró muchas cuestiones sobre la gestión de una S.L., sobre los pagos a Hacienda, el uso de los modelos fiscales o sobre el funcionamiento de CIRCE, un servicio público de información y creación de empresas”.
Con Aleix, como ha pasado con muchos otros emprendedores, un buen asesoramiento le ayudó a convertir sus ideas en planes concretos.
Asesoría. ¿Un lujo o una necesidad?
Aunque, como me contó una vez mi amigo Antonio Barba, quien además de ser profesor en la Universidad Politécnica de Barcelona, tiene sus propios negocios, la gestión de la fiscalidad de un autónomo es relativamente sencilla. La puede llevar el propio profesional. Pero no hay que olvidar que es una tarea que ocupa un tiempo valioso, que podrías dedicar a prestar servicio a tus clientes, y en el que es normal que te surjan lagunas, ya que no es tu especialidad.
El portal de información Infoautónomos formula una pregunta: ¿Delegar tareas en un asesor es un lujo o una necesidad?
La figura del autónomo es lo más parecido que hay a un hombre orquesta. Alguien que hace de todo. Todo lo relacionado con su negocio. La posición inteligente no es la de hombre orquesta, sino la de director de orquesta. Por muy buen músico que seas, por mucha atención que le pongas a los detalles, la melodía siempre sonará mejor si la interpreta un grupo que si lo hace un hombre cargado con un bombo, una guitarra y una armónica sujetada con una soporte sobre los hombros.
La asesoría realizará muchas de las tareas burocráticas que atañen a la empresa. Como las declaraciones de los pagos trimestrales a Hacienda, el IRPF o el Impuesto de Sociedades, la liquidación del I.V.A., las altas y bajas en la Seguridad Social. También se encargará de llevar la contabilidad de la compañía, y todos los asuntos laborales, en caso de que tengas personal contratado (contratos de trabajo, gestión de nóminas, notificaciones, etc.)
Las asesorías están cogiendo también el tema de los seguros. Un recurso que protege tus intereses ante los imprevistos, o pueden informarte sobre subvenciones y ayudas públicas a las que te puedes acoger y de las que probablemente no tendrías ni idea de que existen si no fuera por tu asesor.
Ventajas de un buen asesoramiento fiscal y laboral.
El asesoramiento a los autónomos es fundamentalmente en el terreno fiscal y laboral. No se encargan del asesoramiento contable, ya que un autónomo no está obligado a presentar los libros de contabilidad. Estas son algunas de las ventajas que te reporta este servicio externo:
- Cumplimiento riguroso de las obligaciones con el estado. Trabajar con un asesor evita errores al presentar las declaraciones de impuestos (IVA, IRPF) Al dominar mejor la materia es posible que te ahorres dinero respecto a si la declaración la hicieras por tu cuenta. Estos profesionales saben aprovechar bonificaciones y exenciones.
- Ahorro de tiempo. Delegar estas gestiones permite al autónomo centrarse en su actividad profesional sin perder horas en papeleos o trámites administrativos.
- Asistencia ante inspecciones y requerimientos. El asesor nos ofrecerá su respaldo profesional en caso de que seamos objeto de una inspección de Hacienda o de trabajo, ayudando a preparar la documentación y actuando como representante.
- Gestión de nóminas y contratos (si tenemos empleados). La asesoría se encarga de la elaboración de nóminas, altas y bajas en la Seguridad Social y redacción de contratos conforme a la legislación laboral.
- Actualización constante respecto a los cambios legislativos. El asesor nos informará de nuevas los cambios fiscales y laborales que afectan a la empresa y nos ayudará a adaptarnos a ellos.
- Tramitación de altas, bajas y modificaciones censales. Estos profesionales se encargan de todos los trámites con Hacienda y Seguridad Social al constituir el negocio y durante toda la actividad profesional.
- Prevención de sanciones. Un buen servicio de asesoramiento reduce significativamente el riesgo a sufrir sanciones por errores o incumplimientos administrativos o tributarios.
- Asesoramiento personalizado. Cada autónomo tiene necesidades distintas: una asesoría puede proponer soluciones adaptadas a su tipo de actividad o situación económica.
- Tranquilidad y confianza. Contar con un buen apoyo profesional permite trabajar con más seguridad y tomar decisiones con mayor información y respaldo técnico.
Lo que nadie te cuenta de hacerte autónomo.
Cuando estás valorando la idea de hacerte autónomo, piensas que vas a tener más libertad de actuación y que si tu actividad genera beneficios, tú podrás gestionarlo y beneficiarte directamente de ellos.
Hay ciertos aspectos implícitos a la condición de trabajador autónomo que pasan desapercibidos en las conversaciones y que tienen gran importancia.
Uno de ellos es que, quizás, una de tus principales tareas pase a ser buscar clientes. Cuando trabajabas por cuenta ajena, los trabajos te los proporcionaba la empresa. En el momento en el que te montas tu negocio tienes que estar buscando encargos para que la actividad no se detenga, para que rinda resultados.
De repente, te conviertes en un comercial. Debes vender tus servicios, establecer contactos y crearte una cartera de clientes. Dependiendo del tipo de trabajo que realices esta actividad te llevará más tiempo o menos. Pero pasará a ser una tarea fundamental.
Llevar un negocio te obliga a administrarlo. A controlar cada euro que entra y sale de la caja y de las cuentas de la empresa. A gestionar un presupuesto y a tomar decisiones financieras. Una responsabilidad que no es baladí y que es muy diferente al trabajo profesional para el que te has preparado.
Ante tal volumen de trabajo tienes que aprender a delegar. Conforme crezca tu negocio va a haber tareas que no podrás llevar directamente, y que tampoco te interesa que lo hagas, puesto que te impedirá centrarte en lo fundamental.
En medio de esa dinámica, cualquier ayuda que recibas es bienvenida. Una ayuda fundamental, sin duda, es la de tu asesor.