Te ha comprado un casoplón y quieres decorarlo; acabas de adquirir un pequeño apartamento y necesitas que alguien lo decore con gusto y estilo, además de aprovechando el espacio; simplemente, quieres dar otro aire a tu vivienda y no sabes por dónde empezar. Ante cualquiera de estas tesituras u otras similares, lo primero que te vendrá a la cabeza es cuál es el profesional adecuado para realizar las funciones correctas. ¿El decorador de interiores? ¿El interiorista? Seguido de ello, pensarás: “ah, pero si es lo mismo”. Pues no, no es lo mismo. Un decorador de interiores no es un interiorista. Aunque ambas profesiones se solapan y complementan a la perfección, cada una de ellas se centra en una serie de aspectos concretos.
No se trata de que yo naciera aprendida y supiera de esta diferencia. Al igual que una inmensa mayoría, mi creencia era que la decoración de interiores y el interiorismo eran la misma cosa. Sin embargo, entras en tiendas de mobiliario y decoración como Europa Confort y compruebas que cuentan con servicios profesionales de decoración que te sacan de tu error, porque no, no es lo mismo. Así que en este artículo vamos a descifrar esas diferencias y aprender cuales son las funciones de cada profesional y como trabaja cada uno para lograr sacar lo mejor de cada espacio y dotarlo con el ambiente necesario para crear la armonía pretendida.
Antes de profundizar en los conceptos, debemos señalar que para vivir en la casa de nuestros sueños hacen falta tres profesionales: el arquitecto que realiza el contenido y el continente (es decir, la vivienda); el diseñador de interiores que modifica el continente para adaptarlo a las necesidades de cada cliente; el decorador que adapta el continente en superficie, con independencia de lo que haya hecho el arquitecto o las modificaciones del interiorista.
En otras palabras, el interiorista puede modificar el espacio físico (cambiar tabiques o instalaciones, entre otros), mientras que el decorador es el encargado de seleccionar el mobiliario y los objetos que componen la decoración del espacio.
Dos términos, dos profesiones
No se trata de palabras sinónimas. Se trata de términos complementarios pero diferentes. Aunque en numerosas ocasiones se utilicen indistintamente, lo cierto es que aluden claramente a profesiones independientes. Pueden unirse dos profesionales para crear espacios únicos, pero no es necesario que trabajen en equipo.
Los interioristas, estudian todas y cada una de las posibilidades y necesidades del cliente para crear los espacios funcionales y estructurales perfectos en cada caso para satisfacer la demanda de cada cliente. La función del decorador es amueblar esos espacios y dotarlos de los accesorios y elementos que conviertan cada espacio en un ambiente cómodo y estético.
Podría decirse que el interiorista es un punto medio entre arquitecto y decorador que trabaja de manera exclusiva en la distribución y modificación del espacio. El decorador, trabaja sobre el espacio existente pudiendo sugerir todo tipo de cambios en lo que a luces, colores, texturas y accesorios con sentido estético respecta siguiendo las tendencias. Sin embargo, mientras que un interiorista puede decorar un espacio, un decorador no puede diseñar el espacio. Existen múltiples similitudes entre ambas profesiones, tantas que no queda muy clara la línea en la que debe establecerse la distinción. No obstante, existen diferencias relevantes que es necesario conocer.
Empezando por el interiorismo, en términos llanos, se trata de una elocuente combinación entre diseño de interiores y arquitectura. Esto viene a decir que es recurrente acudir a interioristas cuando se trata de ampliar espacios, convertir locales en viviendas o reconvertir cualquier tipo de espacio en algo diferente. Su misión es la de ayudar a maximizar el potencial de cada espacio, sea residencial o comercial, cuando ya está en uso.
Dedicarse al interiorismo es crear un espacio de vida o de trabajo perfecto para satisfacer las necesidades de los clientes que requieren sus servicios. Son capaces de resolver cualquier problema de distribución que exista en una vivienda y crear espacios que mejoren la habitabilidad de sus residentes. Estos profesionales, tienen que estar actualizados en aspectos como la innovación y conocer todos los reglamentos relativos a los códigos de construcción, así como normativa sobre sostenibilidad medioambiental entre otros.
Los interioristas, analizan y planifican todos los diseños de manera que se conviertan en física, social y estéticamente funcionales, por lo que desarrollan y poseen habilidades analíticas para realizar la citada planificación de todo tipo de espacios: comerciales, institucionales, sanitarios o residenciales.
Del otro lado, la función del decorador, no consiste en crear y estructurar espacios. En este caso, nos encontramos ante artistas del interior que aconsejan sobre cómo embellecer los lugares y espacios en los que se encuentra para realizar su trabajo. Se encargan de pintar paredes, colocar papel pintado, seleccionar y colocar mobiliario, cortinas en las ventanas y ventanales o añadir accesorios decorativos como alfombras, lámparas o piezas artísticas.
Un profesional de la decoración no elimina barreras arquitectónicas, ni modifica tabiques o altera la estructura del diseño de los espacios. Utilizan sus habilidades para analizar y decorar un espacio vital, una vez que el interiorista ya ha realizado los cambios estructurales necesarios.
Aunque cabe preguntarse si el decorador requiere talento artístico para realizar sus funciones, lo cierto es que no es necesario. Sin embargo, la decoración y el arte no se alejan mucho. Realizar los planos de planta o colores seleccionados para mostrar al cliente sus pretensiones, es un plus añadido que se enmarca dentro del arte. Sea utilizando un dibujo técnico y artístico o un programa informático, realizar un trabajo previo que mostrar antes de ponerse manos a la obra, es fundamental.
Entonces, ¿decorador o interiorista?
No, esta no es la pregunta del millón ni de lejos. Pero si es posible que te surja la duda en algún momento. La respuesta no es muy difícil: va en función de las necesidades particulares. Ahora que ya conoces la diferencia entre un decorador de interiores y un interiorista, seguro que no te resulta tan difícil contestar a la pregunta.
Si lo que necesitas es realizar cambios estructurales en el interior de la vivienda o espacio, como quitar una pared o tabique, cambiar la fontanería o el cableado, añadir ventanas o puertas, etc. el interiorista es la opción adecuada. Estos profesionales pueden planificar los cambios estructurales más relevantes y ayudar en la gestión directa con arquitectos y constructores que realizaran finalmente la reforma.
Sabiendo estos detalles, llegado el caso de pretender realizar cambios en tu vivienda u oficina, puedes optar por hacer un proyecto que vaya más allá de un proyecto personal de bricolaje y tener en cuenta las razones evidentes para contratar un interiorista. Un diseñador de interiores profesional, está perfectamente capacitado para conocer y valorar todas las posibilidades que ofrece el espacio, crear en el mismo un ambiente acogedor y hacer posible la casa de tus sueños.
En este sentido se encargan de reducir y limitar todas las ideas a las que son esenciales. Concretan el aspecto y función del espacio aportando mejores sugerencias. También pueden obtener descuentos y precios por parte de los contratistas o vendedores de muebles, debido a sus contactos. Cuenta con la capacitación y autorización necesaria para saber la mejor manera de organizar y gestionar el espacio de forma lógica y que mejore la habitabilidad del mismo. Pueden proyectar y administrar todos los aspectos que implica el cambio, sin que tengas que preocuparte de nada más que de elegir lo que más te gusta de las propuestas que realice.
Si lo que necesitas no son cambios en las estructura del espacio, pero si asesoramiento a nivel estético, como puede ser elegir el estilo de la vivienda, el papel, el tipo de pintura y mobiliario o los elementos decorativos; así como las ventanas o la iluminación, lo que necesitas es un decorador.
Un buen decorador que cuente con la experiencia necesaria, sabe con solo echar un vistazo, lo que es necesario para transformar una habitación y hacer que el cliente se sienta plenamente satisfecho.
Ya sea que se trate de contratar los servicios de uno u otro profesional, lo más probable es que te interese saber cuál es el coste de sus servicios. Definitivamente no podemos dar una respuesta concluyente a esta cuestión. Los costes de su trabajo difieren en función de la envergadura del trabajo, el aspecto que se quiera otorgar al espacio y otros factores que varían en función de cada profesional. Sin embargo, se trata de una inversión que vale la pena realizar para tener el espacio de tus sueños.
Ahora ya conocemos un poco más a fondo estas dos profesiones que juegan un papel fundamental en el sector inmobiliario. Los decoradores y los interioristas, no solo centran su trabajo en las viviendas residenciales, están presentes en todo tipo de espacios como instituciones gubernamentales, no gubernamentales, comercios, sedes, etc. Quizá sea en los grandes espacios donde mayor presencia tengan, pues es fundamental que ciertos lugares cuenten con una decoración y funcionalidad concreta. Sin embargo, a nivel residencial, se trata de una figura imprescindible a la hora de diseñar, rediseñar y decorar cualquier vivienda para hacer que sus habitantes vivan con la mayor comodidad y en el espacio ideal para sus gustos y necesidades.