Las cortinas visten tu hogar.

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Las cortinas no son un complemento más en la casa. Cumplen una doble función, una práctica, otorgan privacidad, y otra estética, visten las ventanas de una habitación. En el mercado encuentras una gran variedad de cortinas. Tu casa es única. ¿Encontrarás lo que necesitas? Y si no es así, cómo proceder.

La decoración de interiores es una cuestión muy personal. Tiene relación con los gustos, las necesidades y el estilo de vida de las personas que habitan la casa. Ninguna casa es igual. Tiene sus peculiaridades. Tampoco creo que a los moradores de los hogares les guste que una casa sea un clon de las otras. Uno visita Ikea para sacar ideas, no para reproducir escaparates.

Aparte de la razón estética, hay otra cuestión formal. Las casas no son iguales. Incluso en un mismo edificio, no tienen las mismas dimensiones el salón de los pisos del ala derecha que los del ala izquierda. Y desde luego, no tienen nada que ver los pisos de un portal con los del portal de al lado. Se podría decir que las casas no se fabrican en serie, pero las cortinas sí.

Al final el cliente tiene que elegir entre la gama que le ofrece la tienda, aquello que más se parece a la idea que tenía en un principio, o aquella cortina que menos desentone. Cuando la colocamos, nos damos cuenta de que debemos adaptarla. Subir la barra de la cortina por encima de su posición inicial o meter un poco el largo de la tela para que no arrastre demasiado. En este caso, si queremos que no sea un arreglo bien acabado, debemos recurrir a un profesional.

Cortinas funcionales.

Una cortina tiene una doble función: proteger la intimidad y tamizar la luz del sol.

Las cortinas nos protegen de miradas indiscretas. Dan privacidad a lo que sucede dentro de un habitáculo. El simple hecho de que estén puestas nos dan seguridad para comportarnos como queramos. Si queremos ir en ropa interior por el salón es cosa nuestra, nadie nos va a ver, ni nos va a juzgar. Por medio de las cortinas nosotros decidimos lo que queremos que se vea de nuestra casa y lo que no.

Por otro lado, la cortina tamiza la luz que entra en la habitación. Se utiliza sobre todo en los salones, donde a veces se emplea una doble cortina, una de tela más traslúcida y otra más opaca. O en las habitaciones de hotel, donde la última cortina produce una oscuridad total, más efectiva que si bajáramos la persiana por completo.

Cuando encontramos una cortina doble con dos capas, a la capa interior más trasparente le llamamos visillo. El empleo de las dos telas es interesante, pues incrementa el control sobre el nivel de luz solar que queremos que nos llegue.

En referencia a regular el paso de la luz y la temperatura, la industria ha evolucionado fabricando distintos modelos. Están las cortinas normales de toda la vida, el modelo básico. Suelen realizarse con tejidos gruesos, que posibilitan caídas y pliegues; y ofrecen infinitas posibilidades en cuanto a diseños y formas. Tienen una función sobre todo decorativa, siendo menos eficientes en la regulación de la luz.

Los velos son cortinas casi transparentes, fabricadas con telas suaves y hechas en tonos neutros y agradables. Permiten la entrada masiva de la luz solar. Por su calidez, muchos decoradores la consideran adecuada para baños y alcobas, pero hay una contradicción, justamente estos son las dependencias que más intimidad requieren.

Están las cortinas venecianas. Hechas con tiras de telas en caída vertical que se pueden girar para controlar el paso de luz. Una adaptación de las cortinas americanas de las oficinas para uso doméstico. Quedan muy bien en decoraciones modernas, pero no tanto en ambientes clásicos.

Los estores están adquiriendo una gran popularidad en los últimos años. Son cortinas enrollables de plástico o cáñamo inspiradas en las persianas exteriores de antaño. El problema en cuanto a la regulación de la luz es que la envía hacia abajo.

Los panales japoneses son la versión oriental del juego de las cortinas compuestas. Son paneles independientes que se sobreponen. Añaden un punto exótico y zen al hogar.

La industria fabrica las cortinas con unas medidas estándar. Por lo general tienen una altura de 2 metros o 2,80. La anchura más habitual para ventanas individuales es de 1,37 metros. Hay más pequeñas en 1,10. Para cubrir balcones y ventanales grandes, los vendedores recomiendan el uso de dos cortinas individuales, que se complementan. Para salones se fabrican cortinas de 4 y 6 metros de largo. Estas son las opciones más habituales en el mercado, ahora tenemos que adaptarlo a la realidad concreta de nuestra casa.

Para saber qué tamaño de cortinas necesitamos, Leroy Merlin nos recomienda unos pasos muy sencillos. Primero medir el ancho de la ventana o de la pared que queremos que cubra la cortina, después hacer una marca en el lugar donde instalaremos la barra, suele colocarse lo más cerca posible del techo, pues la cortina no solo cubre la ventana, también viste la pared. Tomaremos la medida desde la señal hasta el suelo, añadiéndole un centímetro. Estas son las medidas de referencia para buscar unas cortinas.

Es muy difícil, por no decir imposible, que encontremos las medidas exactas que necesitamos. Más aún si las buscamos en un diseño o tela concreto. Lo que suele pasar es que la cortina que adquiramos cuelgue demasiado o arrastre por el suelo. No tendremos más remedio que mover la barra para encontrar la posición perfecta, dejando antiestéticos huecos en la pared.

Para obtener un resultado óptimo, el Telar de Rosa, una empresa extremeña fabricante de cortinas, dice que la única solución es encargar cortinas a medida. En las casas no hay medidas estándar. Al final, tendemos a adaptarnos a las características de la cortina, en lugar de que la cortina se adecue a las medidas de la pared, que sería lo lógico y natural.

Cortinas bonitas.

Hay que partir, en primer lugar, de que el diseño y la estética son valores subjetivos. Los decoradores pueden dar orientaciones, pero no establecer reglas de carácter general. Las cortinas deben estar en coherencia con el estilo decorativo de la habitación en la que se colocan. Si hemos decorado nuestro salón con un aire moderno, colocar unas cortinas del tipo de las que usaba nuestra abuela, rompen la armonía del lugar. Si nuestro estilo es minimalista, con líneas suaves y colores claros, poner cortinas de color, desentona con el conjunto.

En el suplemento de decoración de El país se proponen una serie de tejidos y diseños adecuados al estilo decorativo de cada ambiente. Entre otras cosas se aprecia el predominio de los fondos blancos sobre los de color. El blanco es el color base. Con independencia de la permeabilidad de la tela respecto a la luz, el color blanco aporta luminosidad al espacio. El blanco es el color comodín, el que completa la combinación. Unas cortinas solo de color blanco aportan elegancia y ceden el protagonismo a los otros elementos de la habitación.

En cuanto a los estampados, son tendencia, aquellos sencillos y de líneas verticales, Que de manera discreta vayan guiando la vista hacia el techo, aportando una sensación de amplitud a la estancia. Predominan los diseños repetitivos sobre los estampados al azar. Motivos lineales, casi geométricos, que se alternan como una secuencia, transmitiendo la impresión de un espacio ordenado y equilibrado.

Otro aspecto interesante es la reaparición de las cortinas de terciopelo. Como el telón de un teatro. Aportando un sentido escénico a la sala. Un aire teatral, como si la habitación fuera el escenario de una obra, y las que la ocupan los personajes.

El algodón sigue siendo el material más apreciado en la confección de las cortinas, es resistente, transpirable y de fácil limpieza. Otros materiales naturales como el lino son cada vez más utilizados, aportan una gran calidez, tienen una textura suave y una caída única, idónea para las cortinas. El poliéster es el material empleado. La economía en la fabricación de esta tela sintética le hace ser el preferido por la industria. Se utilizan también otros materiales como la viscosa, la lana, y las telas de PVC para la fabricación de estores. En la producción de cortinas es normal que las telas empleadas sean una combinación de varios materiales.

Si bien está claro que en el mercado tenemos una gran variedad de diseños de cortinas, no todos son igual de fáciles de conseguir. Vuelve a producirse la misma situación antes. El cliente debe adaptar lo que encuentra al estilo de su hogar. Eligiendo, en ocasiones, lo menos malo. Y buscando aquello que encaje, como si montáramos un rompecabezas. Si hay diversidad de cortinas, existe una variedad aún mayor de telas. Aconsejado por un profesional, podemos diseñar nuestra propia cortina y encargarla en función de nuestros gustos y necesidades.

Las cortinas visten nuestro hogar, pero igual que nosotros no nos vestimos de cualquier manera, ni con cualquier prenda, tampoco lo podemos permitir con las paredes de nuestra casa.

 

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